Tratamiento de puntos rubí y cuperosis
Puntos rubí, cuperosis y capilares dilatados
Eliminación de Puntos Rubí, y Cuperosis en Zaragoza
En Clínica Marta Suárez, ponemos a tu disposición un tratamiento avanzado y seguro para la eliminación de puntos rubí, cuperosis y capilares dilatados. Gracias a la tecnología de última generación, podemos mejorar la apariencia de la piel de manera rápida, efectiva y sin necesidad de cirugía.


¿Cómo funciona el tratamiento?
En Clínica Marta Suárez, utilizamos tecnología láser y luz pulsada intensa (IPL), dos de las técnicas más eficaces para la eliminación de lesiones vasculares. Estas tecnologías actúan de forma selectiva sobre los vasos sanguíneos dilatados sin dañar la piel circundante.
- Láser vascular: Produce una coagulación controlada del vaso sanguíneo, eliminándolo progresivamente.
- Luz Pulsada Intensa (IPL): Reduce la rojez y mejora la calidad de la piel mediante una estimulación regenerativa.
Preguntas Frecuentes sobre el tratamiento para puntos rubí y cuperosis
Elimina de manera segura y eficaz los puntos rubí, la cuperosis y los capilares dilatados, mejorando el tono y la textura de la piel sin necesidad de cirugía.
No, es un procedimiento bien tolerado. Puede sentirse una leve sensación de calor o pinchazo en la piel, pero no es doloroso y no requiere anestesia.
Los resultados pueden apreciarse desde la primera sesión, aunque la eliminación total de las lesiones vasculares suele requerir más de una sesión.
Sí, el tratamiento se adapta a distintos tipos de piel, pero siempre se recomienda una evaluación previa para determinar la mejor opción según las características de cada paciente.
El número de sesiones varía según la extensión y profundidad de los vasos afectados. Generalmente, se necesitan entre 1 y 3 sesiones, con un intervalo de varias semanas entre cada una.
Las sesiones son rápidas, con una duración aproximada de 20 a 30 minutos, dependiendo de la zona a tratar.
Sí, los capilares tratados desaparecen de forma definitiva. Sin embargo, factores como la exposición solar, la predisposición genética o problemas circulatorios pueden favorecer la aparición de nuevas lesiones con el tiempo.